martes, 18 de enero de 2011

Miedo



Como cualquier persona yo también tengo miedos: aracnofóbica, ofidiofóbica, agorafóbica...Es curioso como un miedo viene sin avisar. Tendemos a generar mecanismos de defensa a veces incomprendidos ante esas situaciones, bueno, el mío en concreto es desaparecer...
Puede que sea de cagona, cobarde o llamalo X si querés...Pero el hecho es que me alejo de lo que me causa ese miedo, de lo que me hace mal (no con éxito muchas veces)No me gusta dar explicaciones y tampoco me gusta contar qué me pasa (Ja! y la mina lo cuenta en un blog...) muchas veces afrontar ese riesgo es comprometer a las personas que quiero y quiero pensar que soy autosuficiente y fuerte...Al menos, en apariencia...
Sólo agarrar la valija y marcharme, el método es bien sencillo. Te alejás del problema, te olvidás de él, empezás una nueva vida, con más historias, con ilusiones nuevas...Pero ¿Qué hacés cuando ese miedo va dentro de vos?Vivís cerrando puertas, con historias inconclusas y te da igual. Sólo querés que desaparezca la angustia que lo genera y es así, pero cuando lo hacés también te aislas de las cosas que te hacen bien, porque toda decisión conlleva sacrificios (aunque a veces unos cuestan más que otros)
Quizá lo mejor para no sentir ese miedo sea no ilusionarse con nada, no esperar nada a cambio. Ojalá hubiera aprendido del "soy una roca" o "soy una isla" que nos enseñan en la facultad para hacer que nada nos afecte en nuestro trabajo pero es imposible no involucrarse en algo. Tendemos a aflojar porque nos relajamos pero sólo hasta que de repente, nos salta la lucecita roja de ALARMA!
Trato de hacer las cosas bien, enfrentarme a mis fantasmas, a mis errores, a las cagadas que me mando, me enfrento porque quiero creer que soy fuerte...Pero a veces, ese miedo, es mucho más grande...
Tan sólo hay que finjir una vez más...Cerrar los ojos, apretar los dientes y seguir adelante...El dolor ya se irá...Al fin y al cabo todo estará donde tiene que estar...

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